Last modified: 2015-08-27
Abstract
Las pantallas nos confrontan diariamente con su inmaterialidad, toda luminiscencia, y nos presentan sus sucesivos recortes del mundo, bidimensionales, literalmente superficiales. Un mundo presente que curiosamente contradice las predicciones de Bazin sobre la desaparición de la pantalla (cine total), tal vez en un canto de cisne, en un proceso de proliferación que sólo preanuncia la saturación y la obsolescencia. Las pantallas, como soportes de la visualidad, han sido, son y serán uno de los dispositivos técnicos cruciales para entender nuestra civilización actual, en palabras de Roger Silverstone: “la pantalla se convertirá en el umbral, en la puerta a un mundo público de oportunidades y ocasiones simbólicas y materiales. La pantalla es el punto en el que las culturas pública y privada se encuentran, el punto de intercambio, una especie de crisol en el que se funden la información y el entretenimiento, las identidades individuales y sociales, la fantasía y la realidad.” (Silverstone, 2004), o aún más ampliamente según Jean-Louis Comolli: “Las máquinas de lo visible (máquinas bien humanas: de la webcam al aparato fotográfico descartable, pasando por los satélites, las televisiones las pantallas y cámaras de toda suerte) están desde ahora en el centro de gravedad de nuestras sociedades -tuve la tentación de escribir: de toda sociedad humana” (Comolli, 2002). Quizás esta sea la causa por la cual los enfoques al hablar de pantallas son tantos y tan heterogéneos, desde Lev Manovich a André Bazin, pasando por Derrick de Kerckhove, Paul Virilio, Erkki Huhtamo, Tom Gunning, Don Ihde, Nicholas Vardac, Edward Wachtel, Vivian Sobchack, Roger Silverstone, Jean-Louis Comolli, Regis Debray, Philippe Dubois o Marshall McLuhan, el universo de las pantallas ha sido explorado, analizado, descrito, explicado, caracterizado, historiado, poetizado, interpretado y teorizado. A pesar de esta enorme actividad alrededor del tema, o tal vez debido a ella, el conocimiento sobre las pantallas es muchas veces contradictorio o redundante, podemos encontrar autores que parecen ignorar la existencia de otros cuyos dichos parecen repetir exactamente sus argumentos o refutarlos completamente, un panorama de dispersión y deriva, donde la complejidad teórica y la exuberancia retórica son moneda corriente.
El trabajo pretende estudiar la problemática de las pantallas en el mundo contemporáneo a partir de cuatro perspectivas analíticas y hermenéuticas fundadas en un trabajo de revisión bibliográfica y documental. Una Perspectiva genealógica: El enfoque histórico sobre el desarrollo de las Pantallas, de los sistemas de proyección de imágenes en general, de la cámara obscura a la realidad virtual, nos permite esbozar líneas de fuga, redes genealógicas, que nos ayuden a entender los cruces disciplinares y pongan en perspectiva las lógicas implícitas en los medios (Huhtamo, 2001; Manovich, 2000). Una Perspectiva analógica: La Gran Analogía que sostiene a la Pantalla es aquella que transforma a la imagen en re-presentación de lo real, en este sentido funciona la “figuración mimética” de la que habla Dubois (2000) y se funda míticamente en la mentada “tavoletta” de Brunelleschi, estructuración arquitectónica del mundo visible, incluso reconfiguración de lo visible, de la propia visibilidad, que se verifica en el profundo interés de los pintores-arquitectos renacentistas por la anatomía del ojo y el naturalismo del arte, furor de re-producción de lo real visibilizado, que hoy aparece sumamente actual cuando pensamos en la imagen de síntesis y la cultura visual contemporánea, una supuesta re-presentación que siempre, indefectiblemente, oculta una evidente presentación, una producción de lo real (Bellour, 1999; Gunning, 2002). Una Perspectiva fenomenológica: Si nuestro conocimiento de lo real está condicionado por nuestra percepción y esta a su vez por nuestros sentidos, podríamos afirmar que el límite de nuestro conocer está establecido por el cuerpo, entendiendo que “somos nuestro cuerpo en el sentido en que la fenomenología entiende nuestro móvil, perceptual y emotivo ser-en-el-mundo” (Ihde, 2002). En este punto es donde la idea de la tecnología como extensiones del ser humano (del cuerpo) que McLuhan recupera de E.T. Hall se vuelve realmente importante. Si percibimos a través de la tecnología y esta extiende nuestras capacidades perceptuales, la conclusión lógica es que la tecnología expande los límites de nuestro conocer, por tanto, de nuestro conocimiento de lo real (Lister, 2003; Aumont, 1997; Sobchack, 1994; Silverstone, 2002). Y una Perspectiva tecnológica: El paradigma visual-óptico presente en las pantallas se remonta al renacimiento y la generación de un orden visual a través de un observador fijo (Alberti, Dürer, Palladio, Brunelleschi), un observador estático frente a una imagen (en movimiento o no). Lo que está claro es que si en la arquitectura este paradigma es rápidamente puesto en crisis, las pantallas parece que nunca lo han podido superar (salvo algunos desarrollos recientes que apuntan a la visión estereoscópica). Fuera de cualquier metáfora o analogía sobre la pantalla, fuera de cualquier interpretación psicológica o sociológica, lo que une a las pantallas entre si es su operatividad como dispositivo técnico.
Las conclusiones se plantean desde una Perspectiva crítica final: Las pantallas son dispositivos casi omnipresentes en nuestro hábitat, las metrópolis en las que vivimos se encuentran cada vez más tapizadas de estos extraños portales dimensionales, nuestras imágenes y textos nos son mostrados por pantallas, el trabajo, el placer, la comunicación, la diversión, mediados por pantallas. Concluimos insistiendo en que ningún dispositivo técnico o soporte es un simple, inocente y transparente, recipiente para un contenido. Una noción que hoy en día parece obvia, pero que no podemos dejar de hacer evidente cada vez que hablamos de tecnologías. “Los medios que pretenden mostrar al mundo como es tienen esta intención de volverse transparentes, impulsados por un doble deseo contradictorio: quiero la transformación que la tecnología me permite, pero la quiero de tal manera que este básicamente inadvertido de su presencia. La quiero de tal forma en que se convierta en mí.” (Ihde, 2002). Hay que mantener una mirada crítica que nos evite caer en la trampa de la naturalización.
Keywords
References
Aumont, Jacques, El ojo interminable, Barcelona, Paidós, 1997.
Bellour, Raymond, “La doble hélice”, 1999. Traducción de Eduardo Russo.
Comolli, Jean-Louis, “El lado de la sombra”, en Diccionaire des Utopies bajo la dirección de Michèle Riot-Sarcey, Larousse, 2002.
Dartigues, A., “Mente, mundo y acción”, Barcelona, Paidós, 1981.
Dubois, Phillipe, “Máquinas de imágenes: una cuestión de línea general, Del libro: Video, Cine, Godard, Philippe Dubois, Libros del Rojas, Universidad de Buenos Aires, 2000.
Gunning, Tom. “La fantasmagoría y la fábrica de ilusiones mágicas: hacia una óptica cultural del aparato cinematográfico”. Traducción: María Calzada. “Dispositif(s) du cinéma (des premiers temps)”, en Cinémas, volumen 14, nº1, otoño (2003).
Huhtamo, Erkki, “Elements of screenology”, 2001.
Ihde, Don, “Bodies in Technology”, 2002.
Lister, M. et al., “New Media: A Critical Introduction”. London: Routledge. 2003.
Manovich, Lev, “Una arqueología de la pantalla de computadora” en AA.VV. La revolución hipermedia, Bs. As., Expediciones2, 2000.
Silverstone, Roger, "From audiences to consumers: the household and the consumption of communication and information technologies", en European Journal of Communication, vol. 6, núm. 2, junio 1991, Sage Publications.
Silverstone, Roger, “De la sociología de la televisión a la sociología de la pantalla. Bases para una reflexión global”, en Diálogos de la Comunicación, núm. 33, 2004.
Sobchack, Vivian, “The Scene of the Screen: Envisioning Cinematic and Electronic Presence” en Gumbrecht Hans Ulrich, and Pfeiffer, K. Ludwig (eds.), Materialities of Communication., (Stanford: Stanford University Press, 1994).